Prologo de los vicios

 Cuando se habla de vicios o de adicciones probablemente nuestra cabeza nos lleve de modo expreso a pensar en el uso de drogas o sustancias que nos perjudican mental y físicamente como individuos, y que seguramente nos afectaran en nuestro entorno. Incluso, cuando leemos las definiciones de: "Adicción" y "Vicio", según la Real Academia Española de la lengua, nos podemos dar cuenta que tienen acepciones negativas. Adicción es: 

" Dependencia de sustancias o actividades nocivas para la salud o el equilibrio psíquico."

No tengo que explicar la carga semántica negativa que se encuentra en esta primera definición, que abre la premisa con la palabra: "dependencia" para condicionar al lector curioso en su búsqueda de objetividad, y que luego lo remata con "nocivas" para aniquilar su duda y dar por sentado que en efecto, las adicciones son malas. Hasta cierto punto indudablemente tengo que estar de acuerdo con que las adicciones pueden ser nocivas para la salud. Pero yo particularmente soy adicto a la información, en cualquiera de sus presentaciones: Diarios, noticieros, rumores, chismes y pare usted de contar ¿Acaso mi adicción al consumo de información puede resultar nocivo para la salud? Por si misma, es obvio que no, seguramente la diferencia sea demarcada por la responsabilidad con la cual sea consumida esta información, los medios que consuma y evaluar realmente si mi adicción me está afectando laboral, espiritual o socialmente. Cuando digo espiritual me refiero realmente a la mi estabilidad emocional, aclaro por las dudas. 

Ahora veamos la definición de vicio según la RAE: 

"Mala calidaddefecto o daño físico en las cosas."

Nuevamente nos encontramos con cargas semánticas bastantes negativas, la RAE parece un cura que acusa a Satanás del pecado original y lo deslegitima con barbarie, señalándolo, acusándolo y condenándolo a la negatividad hasta el día de su muerte e incluso después de ella. Insisto en que si lo vemos desde una óptica un poco más abierta y enfocándolo desde puntos de vista más solidarios y menos acusadores, probablemente nos topemos con que los vicios no son tan malos. Siempre y cuando los sepamos llevar y que esto no afecte a terceros o atente contra nuestra integridad física. Aclaro nuevamente, por las dudas. 

Sin embargo hay algo que me generó genuina curiosidad y es la definición de la palabra "Droga" que quiero que leamos a continuación: 

"Sustancia mineralvegetal o animalque se emplea en la medicinaen la industria o en las bellas artes."

Esta acepción particularmente es la que me parece está más alejada del uso cotidiano, por más que cualquier persona de mente cuadrada tienda a llamar a un artista "drogadicto", eso no es directamente proporcional a que las drogas sean de uso indispensable o sea un factor determinante a la hora de ejecutar una obra de arte. Mi retorcida imaginación no logra capitalizar la imagen del uso de drogas dentro de una "industria" textil. Y si bien es cierto que es posible drogarse con animales, con sapos hasta donde tengo entendido; por más que Ron e Ipa se froten con mi humanidad cuando llego a casa, no me van a generar ningún tipo de alucinación o sensación de euforia distinta al amor que siento cuando esto pasa. Además en un apartado de esta palabra aclaran que viene del árabe: *Hatrúka y que en teoría significa literalmente "Charlatanería" No sé si hacían referencia a su definición descontinuada o a la etimología a la cual hacen referencia.

Es evidente y claro que incluso desde la institución encargada de regular el lenguaje nos condicionan a la negatividad de las drogas, de los vicios y de las adicciones ¿Pero no somos todos adictos? Bien sea a comprar, a comer, al café, al sexo, al alcohol, al cigarro, a la marihuana, a la risa, a expresarnos, a sentirnos amados, a cumplir metas; indudablemente todos somos adictos a algo, todos tenemos vicios, todos consumimos alguna droga. Y si estamos todos dentro del mismo paquete ¿Por qué nos resulta tan difícil aceptar, empáticamente, que la gente se drogue? Seguramente exista una construcción social compuesta por un contexto antiguo que fomentó cierto tipo de decisiones políticas que nos llevaron cual rebaño, a pensar así. Tiene sentido, al menos para mi, que esa perspectiva sea focalizada debido a la cercanía que tienen las drogas con la muerte, cosa que es una verdad tangible, pero acaso nos hemos tomado la molestia, como sociedad, de evaluar los factores que puedan ayudar a la regularización del consumo adecuado de las mismas. Cuando alguien está borracho, y es de conocimiento público, de las mejores cosas que puede hacer es vomitar, hidratarse y dormirse; pero con franqueza pregunto: ¿Sabría usted que hacer para atender a una persona que está sufriendo una sobredosis por consumir cocaína? Yo la verdad es que lo desconozco, y justamente creo que se debería direccionar el esfuerzo que se utiliza para señalar, acusar y discriminar, en educar y concientizar sobre el consumo responsable y la importancia del mismo. 

Quiero aclarar que esta entrada no es una apología al consumo de drogas, entendiendo la palabra dentro del uso popular y no el de la RAE, sino más bien es un cuestionamiento que me hago al sistema y su manera de encarar los conflictos que tenemos. Porque seamos honestos, tenemos al menos cien años persiguiendo el narcotráfico y está claro que es una guerra que se perdió. La gente se drogó, se droga y se seguirá drogando. Por ende la estrategia no puede y no debe ser la misma. Tiene que haber educación y conciencia. De hecho, cuando en Estados Unidos se liberó el consumo de alcohol, es verdad que hubo mucho más borrachos, pero también es cierto que se acabaron los Al Capone, cosa que a largo plazo fue mucho más beneficioso tanto socialmente, como económicamente. 

Para cerrar, quiero aclarar que esto además de ser una reflexión es un prologo para una serie de cuentos que iré publicando por este medio (o al menos eso intentaré) una vez a la semana, sobre el uso de drogas, bien sea como algún personaje las probó o sobre una situación especifica con alguna de ellas. 


Jesús Pérez Avendaño

Montevideo. 2020

  

 

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